La industria de los contenidos audiovisuales se caracteriza no sólo por basarse en el talento y la creatividad, sino que, sin duda, es el marco de unas relaciones profesionales, comerciales y económicas que se enmarcan en un complejo sistema de negociación.
La propiedad intelectual constituye el elemento intangible esencial de la industria de contenidos y siempre está sujeta a negociación entre las partes implicadas, obviamente respetando la normativa legal aplicable. Sin embargo, existen una serie de circunstancias que condicionan las negociaciones de los contratos como son las específicas características de las distintas partes en la cadena de valor audiovisual. Concretamente, en el caso de las series y de la televisión, desde la posición de la productora audiovisual hasta el de las emisoras de televisión y las plataformas de streaming.