Exhibición de la película El agente topo (Dir. Maite Alberdi, Chile, 2020). Charla con directora y productora del filme, así como con representantes educativos del Instituto Cimuart de la Universidad de Alcalá.
Los grandes creadores de nuestro tiempo han hallado en el cine, como dice Italo Calvino en El camino de San Giovanni, una vía de formación para y sobre el mundo: una forma de educación. Nos maravilla pensar en unos jóvenes Bergman, Sontag, Dalí o García Márquez que, antes de analizar el cine como medio expresivo, sencillamente aprendían de las películas que se proyectaban en sus barrios o pueblos. Como tantos de nosotros.
Fue esa certeza del potencial del cine como herramienta pedagógica en las aulas lo que inspiró a EGEDA en la creación de Platino Educa, una plataforma digital nutrida por la riqueza del cine iberoamericano y acompañada de recursos didácticos transversales, con el fin de facilitar a profesores y estudiantes la educación a través de nuestra cultura cinematográfica. Un propósito que abarca desde las materias más tradicionales hasta la alfabetización audiovisual, pasando por la importantísima formación en valores.
Es en este último aspecto donde Platino Educa coincide con otro proyecto de EGEDA, los Premios Platino del Cine Iberoamericano. Y, muy particularmente, con el Premio al Cine y la Educación en Valores concedido a aquellas películas que promuevan la reflexión sobre valores humanos positivos para la sociedad en su conjunto. Ejemplo de esto es la extraordinaria coproducción internacional mayoritariamente chilena, El agente topo, de la directora Maite Alberdi, nominada este año a dicha categoría. Un documental dentro de una ficción a su vez construida como un falso documental. Una muñeca rusa formal que descubre con humor, ironía y ternura la realidad del olvido que la sociedad impone a nuestros mayores, pese al amor y la sabiduría que estos insisten en transmitirnos.
Hoy, cuando las personas que llamamos “viejos” han sufrido como nadie los embates de la enfermedad y la soledad, El agente topo fascina por su lucidez y humanidad, enseñándonos que la medicina de muchos males está en los abrazos, la alegría y la fraternidad… sin importar la edad.